martes, 6 de diciembre de 2011

La Calleja de las Flores - Extracto

La ribera, atardecer, 23 de Agosto de 1956.


Marta y Miguel se encuentran por tercera vez. Marta está sentada en un bajo muro. Miguel, de pie, camina a pequeños pasos.
Plano general L., de espaldas a Marta y Miguel, a la derecha y fuera de foco, a la izquierda y oculta un poco por Marta y el bajo muro se ve la noria.


- Yo, lo siento Miguel, ojalá pudiera, fuera capaz.


Plano general C. de frente, a los dos. Calles con poca luz anaranjada detrás.
Alternando planos medios de los dos a la vez, primeros de la cara de Marta y detalle de los pies nerviosos de Miguel.


- Pero, ¿porqué? no lo entiendo princesa.
- ... no lo entiendo ni yo, tengo que pensar.
- Tienes que pensar... ¿Qué hay que pensar? ¿Te das cuenta de la de cosas que han tenido que pasar para que nos crucemos?
- Tú te mereces a alguien... mejor. Mucho mejor.
- ¿Pero qué es eso que... te ata?
- Ais, Miguel... de verdad... Tu eres perfecto y yo... pues deberías buscarte a otra.
- Joder con el perfecto. Si soy perfecto, ¿no quiere eso decir que debería estar con quien quisiera? ¡Pues te quiero a ti!
- Pero yo no soy nada perfecta.
- Claro que si. Me encantan tus ojos, me pierdo en tu sonrisa, me vuelve loco cuando me miras inclinando la cabeza y te muerdes el labio inferior. Amo tus lunares, tus arrebatos y adoro las historias que te montas en tu cabeza. Me encanta que estés loca, incluso me gusta esa sensación que pareces tener cuando provoco una lucha interna en tu mente. No te hace eso perfecta para mi?
- ...no se qué decir, me dejas sin palabras. De nuevo.
- Eso es porque no hay más que decir... Y ahora, voy a besarte.

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